domingo, 26 de mayo de 2013

UN DÍA COMO HOY
En el año de 1914   se  inauguraba en parís la obra el ruiseñor de Igor stravinsky.  
Tengan el gusto de escuchar  un pequeño extracto de la primera parte  




Matrimonio de Simón Bolívar, de 19 años, y María Teresa Rodríguez del Toro, de 20 años, en la iglesia parroquial de San José, en la villa de Madrid

Se celebró la boda de Simón Bolívar y María Teresa de Rodríguez del Toro, tal día como hoy, el 26 de mayo de 1802, en la iglesia parroquial de San José, en Madrid, España.
El joven Bolívar no había cumplido aún 19 años y María Teresa tenía 20. Sirvieron como testigos don Pedro Rodríguez del Toro y don Luis Quijada y Moreno, marqués de Inicio, conde de Rebolledo, contador mayor de los Reinos y secretario de la Diputación.
La partida de matrimonio dice lo siguiente: “En la villa de Madrid a veinte y seis días del mes de mayo de mil ochocientos dos, en la Iglesia Parroquial de Sn. Josef, yo, Don Isidro Bonifacio Romano, Teniente mayor de Cura de la misma habiendo procedido despacho del señor Dr. Juan Bautista de Expeleta, Pro. Vicario Ecco. De esta referida villa y su partido. Dado en veinte del propio mes y año, refrendado de Diego Alonso Martín, su notario, por el que consta haberse dispensado las tres amonestaciones que proviene el Sto. Concilio de Trento, por la justa causas que concurrieron para ello; recibidos los justos consentimientos; hechas las demás preguntas y requisitos necesarios y no habiendo resultado impedimento alguno desposé in Facie Eclesial, por palabras del presente que hacen verdadero y lexmo matrimonio a Don Simón Bolívar, natural de la ciudad y Obispado de Caracas en América, hijo de Don Juan Vicente Bolívar y de Doña María de la Concepción Palacios (ya difuntos) con Doña María Teresa Rodríguez del Toro, natural de esta referida villa, hija de Don Bernardo Rodríguez del Toro y Ascanio y de Doña Benita Alaiza Medrano (ya difunta) precedido los requisitos necesarios, se hallaron presente por testigos Don Pedro Rodríguez del Toro, el señor Marqués de Inicio y otros, juntamente los velé y di las bendiciones nupciales según el ritual y lo firmé. Don Isidro Bonifacio Romano”.
Matrimonio de Bolívar y María Teresa Rodríguez del Toro (Tito Salas)

Bermúdez abandona Caracas después de culminar exitosamente la operación de distraer las tropas españolas en preparación de la gran batalla de Carabobo .Tal día como hoy, el 26 de mayo de 1821, José Francisco Bermúdez libra batalla en El Calvario de Caracas, y ante fuerzas españolas superiores se repliega hacia el Oriente.En cumplimiento del plan de operaciones elaborado por el Libertador Simón Bolívar en preparación de la gran batalla de Carabobo, Bermúdez cumplió la tarea de distraer y dividir a las fuerzas españolas aparentando la ocupación de Caracas.Al efecto, Bermúdez movió tropas hacia Caracas hasta ingresar en la capital y tomar el cerro El Calvario. Una vez cumplida su misión, Bermúdez se retiró hacia lo que es hoy Sabana Grande y Petare por la vía de Quebrada Honda.

martes, 21 de mayo de 2013


UN DÍA COMO HOY 



ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN COLOMBIA
La abolición de la esclavitud en Colombia fue un proceso largo y con muchos altibajos e inconsistencias. Fueron varias las décadas que tuvieron que esperar los afrocolombianos para que se hiciera realidad la abolición definitiva de la esclavitud.
 
Con la abolición de la esclavización el primero de enero de 1852, culminó el largo proceso de manumisión republicana que se había iniciado 40 años atrás con la expedición de la Constitución de Cartagena de 1812. Allí se legisló por primera vez en Colombia sobre la libertad de las personas esclavizadas, libertad que jamás se concretó debido al fracaso del proyecto político cartagenero, producto de la Reconquista española en 1815 comandada por Pablo Morillo. No obstante, este personaje logró lo que tal Constitución no pudo: otorgó la libertad a muchos esclavizados a cambio de la colaboración con la causa española.

Precisamente, debido al contexto en que se inició y desarrolló la discusión sobre la abolición —el de la guerra de independencia— el problema de la esclavización, más que un tema humanitario, se convirtió en una consigna política con la que se buscó insistentemente ganar adeptos y pasar como benefactores del prójimo, así como modernos y demócratas. Esto hizo Bolívar en 1816, cuando para salirle al paso a la propuesta de libertad de los esclavizados ofrecida por los españoles, les prometió también libertad a cambio de la vinculación al ejército patriota.

El espinoso tema de libertad de las personas esclavizadas se discutió después de la independencia, en el Congreso de Cúcuta. Allí, uno de los aspectos más debatidos fue la Ley de Libertad de Vientres, sancionada el 19 de julio de 1821. Su texto final fue una clara conciliación entre los abolicionistas y los anti-abolicionistas. La Ley sólo se aprobó cuando se protegió el derecho a la propiedad privada de los esclavistas, que se expresó en la consigna de “ser generosos con los esclavos sin dejar de serlo con los amos”.

Este fue el salvavidas al que se aferraron los anti-abolicionistas, liderados por personajes como el padre de la Historiografía colombiana, José Manuel Restrepo; Domingo Briceño y el cartagenero Ildefonso Méndez, entre otros. Este grupo aprobó la Ley sólo cuando se les garantizó la defensa de sus intereses, que fueron protegidos con el polémico artículo 2º de dicha Ley, en el que se estableció “que los hijos de las esclavas que nacieran a partir de 1821 serían libres en la medida en que les trabajaran a los amos de sus madres durante 18 años”. Con esto no sólo aplazaban la libertad para 1839, sino que otorgaban la libertad a un reducido número de personas y no a todos los esclavizados, tal como se les había prometido en el transcurso del proceso de independencia.

A esta fórmula debió finalmente adherirse Bolívar, lo que contradecía su posición inicial de libertad absoluta, inmediata y sin restricciones. Contra los intereses económicos de los esclavistas, nada tenía que hacer la palabra empeñada de Bolívar, ni los preceptos liberales y modernos que ideológicamente habían guiado la guerra de independencia: libertad, igualdad y fraternidad.

A partir de ese momento, para los hijos e hijas de las esclavizadas nacidas en 1821, el año de 1839 tenía un significado especial, cargado de un cúmulo de esperanzas y expectativas, ya que en esa fecha debían obtener su libertad al cumplir el requisito de los 18 años de trabajo. Pero, contrariamente a lo esperado, el Estado aprobó la Ley del 29 de Mayo de 1842, con la cual no solamente se aplazó por 5 años más la libertad de los que debían obtenerla en 1839, sino que se reabrió el tráfico de personas esclavizadas que había sido prohibido en 1821.

A esta nueva frustración la población esclavizada respondió con el recurso del cimarronaje. En efecto, si bien esta fue una práctica recurrente durante el siglo XIX, fue precisamente en 1840, y especialmente en 1842, cuando el cimarronaje alcanzó su máxima intensidad como respuesta lógica al incumplimiento de lo establecido en la Ley.

La sistemática presión del imperio inglés sobre los países latinoamericanos para que acabaran con la esclavitud, el incremento del cimarronaje como consecuencia del fracaso de la manumisión republicana, el ascenso del liberalismo al poder y la entrada en escena de la Generación del 48 —llamada así por la influencia recibida por la Revolución Francesa—, quienes consideraban a la Constitución de Cúcuta como un producto inacabado, fueron sentando las bases para que la abolición apareciera de nuevo cómo consigna política y como el aspecto más inconcluso y llamado a corregir de la Constitución de 1821.

En las nuevas condiciones, las Sociedades Democráticas se convirtieron en el espacio desde donde los sectores populares le reclamaron a la elite la abolición de los esclavizados. Para esto, entre otros mecanismos, los liberales aprovecharon las fiestas nacionales como el 20 de Julio y las regionales, como la independencia de Cartagena, para liberar a los pocos esclavizados que les permitía la crisis económica de las Juntas de Manumisión. En el espectáculo de la ‘libertad’ el número de liberados era lo menos importante; lo que interesaba realmente a los liberales, además del ritual, era posar frente a los conservadores como verdaderos demócratas y amantes de libertad. Eran tales los dividendos políticos de la consigna de la abolición, que los conservadores también la asumieron como suya a través de las Sociedades Conservadoras.

Desde su llegada a la presidencia en 1850, José Hilario López no sólo defendió, como era de esperarse, la norma de “Ser generoso con los esclavizados sin dejar de serlo con los propietarios”, además se inclinó por un proceso de abolición a largo plazo. Solo la presión que se hizo desde el Congreso, la prensa, las Sociedades Democráticas, y la ejercida por los propios esclavizados, lo llevaron finalmente a la decisión de la abolición absoluta.

El debate parlamentario sobre la abolición se inició en marzo y concluyó en mayo de 1851. Este fue una réplica al de Cúcuta: la discusión se centró en el tema de cómo ser justo con los esclavizados sin dejar de serlo con los esclavistas, es decir la protección del derecho a la propiedad privada. Cuando la abolición era inminente, conservadores y liberales zanjaron sus diferencias y contradicciones, y en único bloque defendieron la fórmula de abolición con indemnización. Únicamente cuando el Estado les garantizó el pago de los esclavos que iban a ser liberados, aprobaron finalmente la Ley de Manumisión, el 21 de julio de 1851, para que entrara en vigencia el 1º de enero de 1852, fecha en que aproximadamente 16.000 esclavizados accedieron a la libertad por la vía de la manumisión republicana.

El 1º de enero de 1852, los liberales, a través de actos públicos, celebraron en todo el país el triunfo de la libertad con ruidosas fiestas en las que se entregaron las certificaciones de libertad a los esclavizados y vales a los esclavistas que estipulaban el valor a pagarles por los esclavos liberados. Una de estas celebraciones, por ejemplo, fue la que se efectuó en Barranquilla, la cual se inició con un Tedeum: “después de este acto religioso se colocó el retrato del ciudadano presidente, general José Hilario López, en la sala de sesiones de la Sociedad Democrática. Por la tarde, presidido por la Junta de Manumisión, tuvo lugar en la plaza de la Iglesia Parroquial el interesante acto de romper para siempre las cadenas de la esclavitud a 70 seres que gemían bajo su peso, cuyo acto dispuso dicha junta con el entusiasmo y solemnidad digno del objeto para dar cumplimiento a lo dispuesto por la Ley del 21 de julio de 1851.
La corporación municipal, las autoridades políticas, judiciales y eclesiásticas, la Sociedad Democrática y una infinidad de espectadores concurrieron a su mayor lucimiento”. En otros actos del Caribe Neogranadino, “en medio de numeroso público, música, bailes y aclamaciones se colocó en la cabeza de los recién liberados las palabras de libertad, igualdad y fraternidad”. A su vez, Juan José Nieto, gobernador de la provincia de Cartagena inició el 1º de enero de 1852 su extenso discurso en el acto de abolición con las siguientes palabras: “Mis hermanos. Desde hoy se acabaron los esclavos en la Nueva Granada; y es por eso que los saludo en este día, el más solemne, el más bello que ha tenido la República, porque es el día complementario de nuestra regeneración política; el día en que ha desaparecido para siempre de entre nosotros el odioso título de señor y de esclavo, y en que ninguno de nuestros hermanos lleva colgada de su cuello la poderosa, la negra cadena de la servidumbre”.  Nieto terminó su discurso arengando a la multitud con estas consignas: “Viva la Nueva Granada. Viva la libertad. Viva la República. Viva la democracia. Viva la administración López”.
Autor: DOLCEY ROMERO JARAMILLO
Profesor de la Universidad del Atlántico y la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla.

domingo, 19 de mayo de 2013


UN DÍA COMO HOY


1536 - Ana Bolena es decapitada en la Torre de Londres.

¿Quien Era? Ana Bolena, la amante decapitada. En la Historia

BIOGRAFIA Y DATOS CURIOSOS
Ana Bolena es una de esas mujeres que convulsionó su época y la sociedad de su tiempo. Su relación adúltera con el rey Enrique VIII provocó uno de los mayores escándalos de su tiempo y lo que fue más importante, la ruptura de Inglaterra respecto a la iglesia católica y la creación de una religión nacional, el anglicanismo.
Ana Bolena provenía de una familia de la nobleza media inglesa, la cual estaba acostumbrada a medrar gracias a sus influencias con personajes importantes. Así, gracias a estos, consiguieron que Ana entrara a formar parte del séquito de la reina de Inglaterra, Catalina de Aragón.

La boda de Enrique VIII y Catalina de Aragón (hija de los reyes católicos), había sellado la alianza entre ambas naciones, tradicionalmente enfrentadas a Francia.

Su boda había sido un gran éxito, y durante 15 años fueron felices, sin embargo de su unión no había nacido un hijo varón, objetivo primordial de cualquier boda real para así asegurar la dinastía. Solo había nacido una niña: la futura María Tudor.
Con el tiempo, Enrique, más joven que Catalina, había empezado a dar rienda suelta a sus ardores, por medio de numerosas amantes, entre las cuales quiso incluir a Ana Bolena.

Sin embargo, Ana, mujer de gran ambición, no quiso entregarse inmediatamente, sino que dejaba pasar el tiempo hasta extremos insoportables para el rey. Ana exigió que decidiera entre ella o la vieja y seca reina Catalina, incapaz de darle ya un hijo varón.

Enrique eligió a Ana, pero había un inconveniente: ¿cómo romper su matrimonio con Catalina?. Con gran crueldad, siguiendo tan solo sus más oscuros intereses planteo la nulidad del matrimonio en un hecho que sucedió antes de su matrimonio, absolutamente falso y que ponía en entredicho el honor de la reina. Ante tamaña farsa, Roma se negó a dar la dispensa, lo que provocó las iras del rey, el cual rompiendo todos los lazos con la iglesia romana, creó una nueva iglesia nacional a su medida en la que él era la cabeza y podía hacer y deshacer a su antojo. Una vez hecho esto, repudió a Catalina, la encarceló y desheredó a la pequeña María. Felices, Ana y Enrique se casaron en 1533, con honores reales y con Ana esperando un hijo. Era su triunfo absoluto. Sin embargo, el pueblo no era tan estúpido y se mostró frio con Ana, considerando a Catalina como legítima soberana.

Para su desgracia, tuvo a luz a una niña, lo que provocó el rechazo y una profunda decepción en el rey (sería cargo de conciencia). En los meses siguientes, Ana se apoyó febrilmente en la nueva religión, su única fuente de legitimidad.

Pero el destino quiso que una vez muerta Catalina (con la dignidad de la reina que era), la Bolena dio a luz un niño muerto. Esta nueva desgracia para ella fue la definitiva. El rey ya tenía otra amante y ahora solo pensaba en como deshacerse de ella.

Para hacerlo usó la misma táctica que tan bien habían practicado con Catalina, la acusó de relaciones incestuosas y de infidelidad al rey, lo que provocó su condena a muerte.

Ana Bolena era decapitada en 1536, su hija (la futura Isabel I) considerada bastarda y Enrique VIII tomó nueva esposa 48 horas después.





DATOS Y CURIOSIDADES HISTÓRICAS

EL DEPORTISTA MEJOR PAGADO DE LA HISTORIA 



Cayo Apuleyo Diocles
Cayo Apuleyo Diocles (en latín: Gaius Appuleius Diocles; Lusitania, 104 - Praeneste, después de 146) fue un deportista lusitano, el más notable auriga del Mundo antiguo. Su carrera de 24 años fue inusualmente larga, ya que muchos aurigas morían jóvenes en accidentes. Comenzó a correr a los 18 años por la facción blanca, cambiando a la verde a los 24, y finalmente a la roja a los 27, donde siguió corriendo hasta retirarse a los 42 años. Compitió en 4257 carreras y obtuvo 1462 victorias, ganando la impresionante suma de 35.863.120 sestercios (algo así como 15.000 millones de dólares de esta época)  antes de retirarse a los 42 años, instalándose en la ciudad latina de Preneste, donde falleció.

Verdadero  as de su tiempo, Diocles debió ser, en palabras de Antonio García y Bellido, el "héroe de las muchedumbres más apasionadas, ídolo de un pueblo que cifraba su felicidad en estas dos solas palabras: panem et circenses."

La vida y carrera del lusitano Diocles nos es conocida por dos documentos epigráficos. El primero es una lápida de Roma, ciudad de sus triunfos, que resumía su trayectoria profesional y sus logros jamás igualados. Debieron levantarla sus admiradores en el Circo de Nerón, en el actual Vaticano, donde Diocles debió de correr miles de veces y donde han aparecido varios monumentos más de la misma especie. El de Diocles es el testimonio epigráfico más importante sobre las carreras de carros. Aunque el original se ha perdido, quedan copias del texto.
Cayo Apuleyo Diocles, auriga de la facción roja, de nación hispano lusitano, con 42 años, 7 meses y 23 días. Corrió por primera vez en la facción blanca, siendo cónsules Acilio Aviola y Cornelio Pansa (122 d.C.). Venció por primera vez en la misma facción siendo cónsules Manio Acilio Glabrión y Cayo Belicio Torcuato (124 d.C.). Corrió por primera vez en la facción verde siendo cónsules Torcuato Asprenate por segunda vez y Anio Libón (128 d.C.). Ganó por primera vez en la facción roja siendo cónsules Lenas Ponciano y Antonio Rufino (131 d.C.), condujo cuádrigas (durante) 24 años. Salió de la puerta 4.257 (veces). Venció 1.462 (veces), 110 a pompa. Venció en singulares 1.064 veces, de entre ellas 92 premios mayores: el de 30.000 (sestercios) 32 (veces), tres de ellas con tiro de seis caballos; el de 40.000 28 (veces), dos de ellas con tiro de seis caballos; el de 50.000 29 (veces), dos de ellas con tiro de siete caballos; el de 60.000 tres veces; en los desafíos de dos carros 347 (veces), 4 de ellas con un tiro de tres caballos, (el premio de) 15.000 sestercios; en los de tres carros venció 51 (veces). Consiguió los honores en 1.462 carreras, segundos 861 (veces), terceros 576, cuarto una vez con premio de 1.000, y salió en vano 1.351 veces. En la facción azul venció 10 (veces), en la blanca 91, de ellas dos con premio de 30.000 sestercios. Obtuvo una ganancia (total) de 35.863.120 sestercios, y además ganó con tiros de dos caballos miliarios (que ya habían ganado 1.000 carreras) 3 (veces), 1 (de ellas) en los blancos y 2 en los verdes. Tomó la delantera (desde el inicio) y venció en 815 (ocasiones), quedó retrasado (y luego) ganó en 67, perdió la delantera (la recuperó y) ganó en 36. En otros géneros ganó 42 (veces). Adelantó a todos (saliendo último) y venció 502 (veces), 216 en los verdes, 205 en los azules (y) 81 en los blancos. Hizo centenarios a 9 caballos y bicentenario a 1. Sus distinciones (...) cuando un año ganó con un tiro de cuatro caballos por una cabeza (de ventaja) dos veces y adelantando a todos (saliendo último) dos veces. Según consta en las actas (del circo) Avilio Terencio, de su facción, fue el primero que venció 1.011 (veces), desde lo cual muchos (también) vencieron (...) Diocles, el año que (obtuvo) por primera vez 100 victorias consecutivas, fue vencedor 103, (y) venció en singulares 83. Además de esto, aumentando la gloria de sus títulos, superó a Talo, de su facción, que por primera vez en la facción roja (...) Diocles, el más eminente de todos los aurigas, venció en un año 134 (veces) cediendo el inicio (¿dando ventaja?), en singulares 118, títulos que lo elevan por encima de todos los aurigas que jamás corrieron en los certámenes de los juegos circenses. Todos repararon y admiraron el mérito de que, cediendo el inicio y con un tiro de dos caballos, llevando en su yugo a Cotino y a Pompeyano, venciese 99 (veces), 1 (con un premio de) 60.000 (sestercios), 4 de 50.000, 1 de 40.000 y 2 de 30.000 (...) de la facción verde, venció 1.025 (veces), el primero de todos desde la fundación de la ciudad que venció en 7 carreras de 50.000 sestercios. Diocles le superó y venció 8 veces con tres (caballos), llevando en su yugo a Abigeio, Lúcido y Parato. Asímismo superó a Comunis, Venusto y Epafrodito, tres aurigas miliarios de la facción azul que ganaron 11 (veces) en (premios) de 50.000 sestercios. Diocles, con dos (caballos), Pompeyano y Epafrodito, venció en (premios) de 50.000 (sestercios) ¿12? (veces) (...) de la facción verde, vencedor 1.025 (veces), Flavio Escorpo, vencedor 2.048 (veces), Pompeyo Musculoso, vencedor 3.559 (veces), tres aurigas que (en conjunto) vencieron 6.632 (veces), 28 de ellas de 50.00 sestercios (...) Diocles, el más eminente de todos los aurigas, ganó 1.462 (veces), 29 (de ellas) de 50.000 sestercios. Con nobilísimo esplendor brilla Diocles. Si Fortunato, de la facción verde, con el (caballo) vencedor Tusco, ganó 386 (veces), 9 (de ellas) de 50.000 sestercios (...) Diocles, con el (caballo) vencedor Pompeyano, ganó 152 (veces), 10 (de ellas) de 50.000 sestercios y 1 de 60.000. Diocles descolló con nuevas proezas y marcas nunca antes registradas, como ganar en un día dos veces (un premio) de 40.000 sestercios con un tiro de seis caballos, y, aún más, (...) con un tiro de siete caballos uncidos entre sí, espectáculo nunca visto hasta entonces con ese número de caballos, venció en un certamen de 50.000 sestercios, y descolló vistorioso con (el caballo) Abigeio y sin látigo. Ganó en otros certámenes de 30.000 sestercios (...) como estas novedades se vieron por primera vez está doblemente ornado por la gloria. El que parece haber obtenido el primer lugar de entre los aurigas miliarios, Poncio Epafrodito, de la facción azul, solo ganó 1.467 (veces), 940 (de ellas) singulares, en tiempos de nuestro emperador Antonino Pío Augusto. Diocles ganó 1.462 veces, 1.064 (de ellas) singulares. En este mismo tiempo Epafrodito venció adelantando a todos (saliendo último) 467 (veces). Diocles venció adelantando a todos (saliendo último) 502 (veces). El auriga Diocles venció este año 127 (veces), con (los caballos) Abigeio, Lúcido y Pompeyano; Poncio Epafrodito, de la facción azul, venció con Búbalo 134 (veces); Pompeyo Musculoso, de la facción verde, con (...), venció 115 (veces). Diocles los superó, (y) ganó con Pompeyano 152 (veces), 144 (de ellas) singulares. Y, aumentando su gloria, ganó 445 (veces), 397 (de ellas) singulares, llevando en yugo a los cinco (caballos) Cotino, Gálate, Abigeio, Lúcido y Pompeyano 




jueves, 9 de mayo de 2013


1265
Nació Dante Alighieri, poeta, prosista, filósofo y pensador italiano.


  
 UN DIA COMO HOY NACIO

Dante Alighieri
(Florencia, 1265 - Rávena, 1321) Poeta italiano. Si bien sus padres, Alighiero de Bellincione y Gabriella (Bella), pertenecían a la burguesía güelfa florentina, Dante aseguró siempre que procedía de familia noble, y así lo hizo constar en el Paraíso (cantos XV y XVI), en donde trazó un vínculo familiar con su supuesto antepasado Cacciaguida, quien habría sido armado caballero por el emperador Conrado II de Suabia.
Durante sus años de estudio Dante Alighieri coincidió con el poeta Guido Cavalcanti, representante deldolce stil nuovo, unos quince años mayor que él, con quien intimó y de quien se convirtió en discípulo. Según explica en su autobiografía más o menos recreada poéticamente Vida nueva, en 1274 vio por primera vez a Beatriz Portinari, cuando ella contaba ocho años y él tan sólo uno más; el apasionado y platónico enamoramiento de Dante tendría lugar al coincidir de nuevo con ella nueve años más tarde.

Dante Alighieri
En 1285 Dante tomó parte en el asedio de Poggio di Santa Cecilia, defendido por los aretinos, y dos años más tarde se trasladó a Bolonia, quizás a estudiar, si bien se tienen dudas en lo referente a su paso por la universidad de dicha ciudad. Sí hay pruebas, en cambio, de su participación, en calidad de «feritore» de a caballo, en la batalla de Campaldino, en la cual se enfrentó a los gibelinos de Arezzo.
En 1290 murió Beatriz, y un año más tarde Dante contrajo matrimonio con Gemma di Manetto, con quien tuvo cuatro hijos. En 1295 se inscribió en el gremio de médicos y boticarios, y a partir del mes de noviembre empezó a interesarse por la política municipal florentina; entre mayo y septiembre del año siguiente fue miembro del Consejo de los Ciento, y en 1298 participó en la firma del tratado de paz con Arezzo. En 1300, y en calidad de embajador, se trasladó a San Gimignano para negociar la visita de representantes de la Liga Güelfa a Florencia, y entre el 15 de junio y el 14 de agosto ocupó el cargo de prior, máxima magistratura florentina.


En octubre de 1301, y tras oponerse al envío de tropas para ayudar al papa Bonifacio VIII, Dante fue designado embajador ante el pontífice, a quien ofreció un tratado de paz. El Papa, sin embargo, lo retuvo en Roma en contra de su voluntad, con la intención de ayudar en Florencia a la facción güelfa opuesta a la de Dante, sector que a la postre se hizo con el control de la ciudad y desterró a sus oponentes. Acusado de malversación de fondos, Dante fue condenado a multa, expropiación y exilio, y más tarde a muerte en caso de que regresara a Florencia.
A partir de esta fecha Dante inició un largo exilio que iba a durar el resto de su vida: residió en Verona, Padua, Rímini, Lucca y, finalmente, Ravena, ciudad en la cual fue huésped de Guido Novello de Polenta y donde permaneció hasta su muerte.
Obras de Dante Alighieri
La influencia de la poesía trovadoresca y estilnovista sobre Dante Alighieri queda reflejada en su Vida nueva, conjunto de poemas y prosas dirigidos a Beatriz, razón de la vida del poeta y también de sus tormentos, y sus Rime Petrose, dirigidas a una amada supuesta, a la que escribe sólo para disimular ante los demás su verdadero amor. El juego poético-amoroso oscila entre la pasión imposible y la espiritualizada idealización de la figura de su amada, aunque las rígidas formas del estilnovismo adquieren una fuerza y sinceridad nuevas en manos de Dante.
El experimentalismo de los poemas de Dante Alighieri y la búsqueda consciente de un estilo propio culminarán finalmente en La Divina Comedia, una de las cumbres de la literatura universal. Escrita en tercetos, se resume en ella toda la cosmología medieval mediante la presentación del recorrido del alma de Dante, guiada primero por Virgilio y más adelante por Beatriz, en la expiación de sus pecados en tres cantos: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. Con un lenguaje vívido y de gran riqueza expresiva, el poeta mezcla los elementos simbólicos con referencias a personajes históricos y mitológicos, hasta construir una equilibrada y grandiosa síntesis del saber acumulado por el hombre desde la Antigüedad clásica hasta la Edad Media.