UN DÍA COMO HOY
1536 - Ana Bolena es
decapitada en la Torre de Londres.
¿Quien Era? Ana Bolena, la
amante decapitada. En la Historia
BIOGRAFIA Y DATOS CURIOSOS
Ana Bolena es una de esas
mujeres que convulsionó su época y la sociedad de su tiempo. Su relación adúltera
con el rey Enrique VIII provocó uno de los mayores escándalos de su tiempo y lo
que fue más importante, la ruptura de Inglaterra respecto a la iglesia católica
y la creación de una religión nacional, el anglicanismo.
Ana Bolena provenía de una
familia de la nobleza media inglesa, la cual estaba acostumbrada a medrar
gracias a sus influencias con personajes importantes. Así, gracias a estos,
consiguieron que Ana entrara a formar parte del séquito de la reina de
Inglaterra, Catalina de Aragón.
La boda de Enrique VIII y
Catalina de Aragón (hija de los reyes católicos), había sellado la alianza
entre ambas naciones, tradicionalmente enfrentadas a Francia.
Su boda había sido un gran
éxito, y durante 15 años fueron felices, sin embargo de su unión no había
nacido un hijo varón, objetivo primordial de cualquier boda real para así
asegurar la dinastía. Solo había nacido una niña: la futura María Tudor.
Con el tiempo, Enrique, más
joven que Catalina, había empezado a dar rienda suelta a sus ardores, por medio
de numerosas amantes, entre las cuales quiso incluir a Ana Bolena.
Sin embargo, Ana, mujer de
gran ambición, no quiso entregarse inmediatamente, sino que dejaba pasar el
tiempo hasta extremos insoportables para el rey. Ana exigió que decidiera entre
ella o la vieja y seca reina Catalina, incapaz de darle ya un hijo varón.
Enrique eligió a Ana, pero
había un inconveniente: ¿cómo romper su matrimonio con Catalina?. Con gran
crueldad, siguiendo tan solo sus más oscuros intereses planteo la nulidad del
matrimonio en un hecho que sucedió antes de su matrimonio, absolutamente falso
y que ponía en entredicho el honor de la reina. Ante tamaña farsa, Roma se negó
a dar la dispensa, lo que provocó las iras del rey, el cual rompiendo todos los
lazos con la iglesia romana, creó una nueva iglesia nacional a su medida en la
que él era la cabeza y podía hacer y deshacer a su antojo. Una vez hecho esto,
repudió a Catalina, la encarceló y desheredó a la pequeña María. Felices, Ana y
Enrique se casaron en 1533, con honores reales y con Ana esperando un hijo. Era
su triunfo absoluto. Sin embargo, el pueblo no era tan estúpido y se mostró
frio con Ana, considerando a Catalina como legítima soberana.
Para su desgracia, tuvo a luz
a una niña, lo que provocó el rechazo y una profunda decepción en el rey (sería
cargo de conciencia). En los meses siguientes, Ana se apoyó febrilmente en la
nueva religión, su única fuente de legitimidad.
Pero el destino quiso que una
vez muerta Catalina (con la dignidad de la reina que era), la Bolena dio a luz
un niño muerto. Esta nueva desgracia para ella fue la definitiva. El rey ya
tenía otra amante y ahora solo pensaba en como deshacerse de ella.
Para hacerlo usó la misma
táctica que tan bien habían practicado con Catalina, la acusó de relaciones
incestuosas y de infidelidad al rey, lo que provocó su condena a muerte.
Ana Bolena era decapitada en
1536, su hija (la futura Isabel I) considerada bastarda y Enrique VIII tomó
nueva esposa 48 horas después.
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